Cala Llombards es un pequeño paraíso en blanco, verde y azul, un retiro natural adorado por quienes persiguen la paz y la belleza. No admite estridencias, y por ello es precisamente allí donde se enclava esta casa tan especial, capaz de mimetizarse con el sereno y hermoso espíritu del lugar.

Hablamos de Son Vives, una villa de 430 metros cuadrados construidos por Consfutur, situados en una preciosa finca de 1,7 hectáreas. Al entrar, la vista se deja acunar por la relajante cascada que se vierte despacio sobre la piscina turquesa, la estrella de la propiedad. Los espacios que hemos creado son composiciones cuidadosamente detalladas, pero el punto de atención de la propiedad es la cascada que acompaña a la piscina rodeada de la tradicional naturaleza mallorquina.

Más allá del jardín, la piedra de marès en suave tono marfil de la fachada invita al tacto. No obstante, pese a su apariencia cálida y sencilla, su colocación supuso todo un reto: “Lo que llevó más trabajo fue el aplacado de marès de Porreras, ya que se tuvo que replantear lo mejor posible para que se utilizaran la máxima cantidad de piezas enteras con sus respectivos anclajes, evitando dejar cortes antiestéticos”, recuerda el equipo a cargo de este nuevo proyecto de Consfutur, experto en materiales y técnicas artesanales mallorquinas.

Esta piedra de arenisca, muy abundante en la zona, es símbolo mismo de Mallorca, pues forma parte esencial de su arquitectura tradicional. Pero, además, debido a su bajo impacto ecológico, es también rasgo distintivo de las construcciones modernas más sostenibles.

Hemos empleado materiales en los tonos beige y crema tradicionales dentro de la arquitectura mallorquina, que contrasta con los colores más oscuros de la carpintería exterior -en acero corten y marrones- y los de las griferías, los enchufes y los pulsadores, en negro. Esta sinfonía de tonos neutros, sobrios, elegantes y, a la vez, acogedores, continúa en las vigas, en blanco roto. El color se replica asimismo en el suelo de las duchas, que estimula el tacto al estar forrado con piedras de río. Esta original decisión nos fusiona, una vez más, con el privilegiado entorno de Cala Llombards.

Son Vives es una villa en calma, que invita a la relajación. Nuestra constructora, Consfutur, con más de medio siglo de experiencia en la planificación y construcción de exclusivas viviendas en la isla, la ha erigido rodeada de naturaleza, conectándola con el precioso ambiente que la rodea. Es una finca para disfrutar de la vista a gran escala, pero, también, para apreciar y vivir con plenitud los momentos más pequeños dentro de ella.